La economía de Aguascalientes con el cambio de gobierno
Es casi una ley histórica que cuando los gobernantes de cualquier nivel salen del cargo, empiezan a salir muchas cosas que nadie les advirtió mientras estaban ahí; de pronto las malas cuentas, los malos resultados y las travesuras empiezan a flotar, no hay quien paren los malos olore y, uno de ellos es el terrible contraste. Por ejemplo entre las llamadas encuestas de aprobación que ciertas o falsas nada tienen que ver con los resultados concretos en la economía, la seguridad, la educación y la salud, que son los aspectos que de verdad le importan a la gente, es decir aprobación no es igual a resultados.
Lo que sucede es que la vida pública se ha visto invadida de superficialidad, de una profunda ignorancia intelectual, de una frivolidad escandalosa y de un culto al ego en donde lo único que importa es cómo sale mi foto en las redes sociales, cómo le caigo bien al votante, qué dicen las encuestas sobre mi, y eso ha tenido un efecto perverso sobre la calidad de la política, y por supuesto de sus protagonistas. Veamos el caso del López Obrador terminó con un nivel de aceptación alto, como pasó por cierto en 1994 o en el año 2000, pero estos días han empezado a verse los resultados de manera más fría y más realista, les voy a dar dos ejemplos; uno es que la Presidenta recibe un país con casi 200.000 homicidios dolosos hasta finales del mes de septiembre de las 20 ciudades en el mundo con más homicidios por cada 100.000 habitantes, 9 están en México y un reporte reciente calcula que un tercio del territorio nacional está bajo el control del crimen organizado, de hecho hay estados como Sinaloa, Zacatecas y Chiapas donde el estado prácticamente ya no existe. El otro ejemplo es que las finanzas del gobierno federal están en terapia intensiva, el crecimiento económico durante el mandato de López Obrador fue de apenas el 0.8% del promedio anual, el más bajo de los últimos cinco gobiernos y el peor de América Latina, el producto por persona tuvo un desempeño todavía inferior pues decreció casi 3% en el período 2019-2024, lo cual pone en serios aprietos al Gobierno que inició el primer de octubre.
En este sentido Aguascalientes debe poner mucho más cuidado, atención, esmero y profesionalismo en entender cómo es entorno lo afectará en los próximos años, mientras la geografía no cambia el estado es altamente dependiente de lo que pasa en materia de transferencias presupuestales de la Federación y si esta no tiene dinero, tiene poco o hay otras prioridades Aguascalientes no recibirá recursos adicionales para nada. Mientras la atracción de inversión privada nacional o extranjera se ve amenazada por las reformas judiciales tanto federal como estatal no llegará en la calidad y cantidad requerida, mientras todo ello suceda la economía del estado no crecerá a los niveles que lo necesita.
Hoy, por ejemplo Aguascalientes sigue aportando la economía nacional más o menos lo mismo que aportaba en 1999, 1.3% esto es que de cada 100 pesos el PIB nacional Aguascalientes solo contribuye con un peso con 1.30 centavos y está en el lugar número 24, igual que Guerrero, Durango y por debajo de Chiapas que aporta el 1.5%.
El reto entonces es que el Estado pueda permanecer en la zona de confort y seguir atrapado en la trampa del ingreso medio o pueda dar el gran salto mediante una estrategia competitiva, innovadora y productiva o puede caer en el riesgo de rezagarse frente a otros estados más dinámicos, con mucho mejor educación y con una batería de políticas públicas que vayan más allá de los buenos deseos.
Esta situación tan complicada del país puede ser para Aguascalientes una buena oportunidad si sabe leer muy bien las señales de hacia dónde van las cosas.
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