Lo bueno, lo malo y lo feo en materia económica del sexenio de Andrés Manuel López Obrador
Como cada final de sexenio, es momento de utilizar la famosa fórmula de la película de Clint Eastwood, el bueno, el malo y el feo, para evaluar el desempeño del gobierno en materia económica. Y es que en términos económicos hubo mucho de qué hablar: la pandemia por COVID – 19, los problemas en las cadenas de suministros, la inflación persistente, el fortalecimiento del peso y su rápida caída, entre muchos otros elementos que ocuparon la discusión pública durante estos últimos años.
Lo bueno
Lo bueno que dejó este gobierno fue la mejora sustantiva del ingreso en los hogares. Esto se presentó a través de tres vías: el salario mínimo, las transferencias sociales y las remesas. El salario mínimo experimentó un aumento histórico del 182% al pasar de 88.36 pesos en 2018 a 248.93 en 2024. Por su parte, los programas sociales, como las pensiones para personas adultas mayores y Jóvenes Construyendo el Futuro, actuaron como catalizadores del ingreso de los hogares. Asimismo, la pandemia trajo consigo un efecto inesperado, el aumento de las remesas provenientes de EE. UU., que no solo ayudaron a mitigar los efectos económicos de la pandemia, sino que contribuyeron a aumentar el poder adquisitivo de las familias. En su conjunto, todos estos factores contribuyeron a la salida de 5.1 millones de persona de situación de pobreza.
Lo malo
Lo malo de este gobierno fue el endeble crecimiento económico. Si analizamos el crecimiento promedio del Producto Interno Bruto de los últimos seis años podremos observar que este no supera el 1 por ciento -cifra bastante lejana a la promesa de campaña de Andrés Manuel López Obrador, de crecer a un 6 por ciento anual. Y es que, en este aspecto, los gobiernos neoliberales presentaron mejores resultados, desde el 2.0 por ciento de Peña Nieto, hasta el 1.4% de Calderón. Si bien la pandemia fue un factor determinante, la ausencia de una política económica e industrial también contribuyó al fracaso en materia económica.
Lo feo
Lo feo es el legado que hereda la próxima presidenta Claudia Sheinbaum en términos de finanzas públicas. De ahí que el 1 de octubre, cuando se coloque la banda presidencial, se encontrará con el hecho de que las arcas públicas están en un momento crítico, con un Déficit Público cercano al 6 por ciento del PIB, el más alto de los últimos cinco sexenios, y con una deuda acumulada superior al 50 por ciento del PIB. Claudia sabe que será necesario recortar el déficit público a aproximadamente la mitad. Sin embargo, la fórmula de la austeridad republicana y la disciplina fiscal se presenta insuficiente para lograr este objetivo, sobre todo de frente a los fuertes compromisos de gasto que se tienen planeados para el próximo año, como lo será, por ejemplo, el pago de pensiones a mujeres de 60 a 64 años. De ahí que sea muy probable que el próximo año se busque nuevamente acceder a deuda.
En conclusión, es evidente que la misión en materia económica no se cumplió. Lo anterior, debido a que, al no acompañar la política social de estrategias de inversión y desarrollo productivo de largo plazo, se limitó la posibilidad de generar crecimiento sostenido. Aunado a lo anterior, el bajo crecimiento del PIB y la frágil situación de las finanzas públicas pondrán limitantes al desarrollo de programas sociales, mientras que a su vez heredan una compleja situación a la siguiente administración.
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