Marcha en contra de la dictadura

El presidente Andrés Manuel López Obrador desde sus primeros mensajes ha sido un ejemplo de contradicciones, aunque en su primer proclama invitó a la unidad de los mexicanos, protestó cumplir y hacer cumplir la ley y aseguró que gobernaría para todos los mexicanos, desde sus siguientes mensajes alentó una división, atacó a las clases medias, descalificó a los empresarios y en general a los emprendedores, cerró las puertas de su Palacio a las protestas feministas, se burló de los diversos grupos transgéneros, difamó a los padres de familia y los niños con cáncer, acusándolos de ser y pretender desestabilizar al país, desairó a los grupos culturales y científicos, recortó el apoyo y subsidio para las universidades, acusó a los becarios de Conacyt de diversas corrupciones que nunca pudieron probarse, justificó el cierre del proyecto del aeropuerto de Texcoco diciendo que había un cochinero sin que hasta la fecha se haya procesado a uno solo de los promotores y ejecutores del proyecto, su único “logro”, entre comillas, ha sido el de crecer el número de personas dependientes alimentarias del gobierno, lo que ha incrementado los sujetos a la caridad pública, a los que el presidente considera incondicionales para contar con su voto en las próximas elecciones.

Otro grupo de incondicionales son los politiquillos y politiqueros que están en espera de que el señor de Palacio les perdone sus culpas y les premie su abyección y sometimiento, una curul, un escaño, una gubernatura y hasta una embajada, bien vale soportar la mezquindad.

Andrés Manuel arrastra una serie de caras, complejos, frustraciones y rencores; la muerte de su hermano provocada por él, culpable o no, la sigue cargando, el enfrentamiento y su imposibilidad de reconciliación con algunos otros de sus hermanos, las traiciones y rompimiento con sus principios, con sus ideales y con sus mentores, al extremo de que los pensadores más conspicuos de la izquierda reniegan del fingido izquierdismo de AMLO, un matrimonio de contrato para guardar las apariencias en tanto termina el sexenio, la falsa autoridad y la nula capacidad para soportar la crítica, lo ha convertido en autócrata cada vez apuntando más hacia las características de un fascista aspirante a dictador.

El día de ayer, cientos de miles de mexicanos conscientes, amparados bajo la bandera de la democracia y la libertad, se manifestaron en las principales ciudades del país en favor del Estado de Derecho, en favor de las instituciones que acotan el presidencialismo, de los órganos que regulan y deben responder de la limpieza en las elecciones, de los que garantizan el acceso a la información y protección de datos personales y fundamentalmente en defensa de la Suprema Corte de Justicia del Estado, difamada y calumniada por el presidente, hay gritos de “fuera el narcopresidente”, los ciudadanos sin sujeciones, proponemos un pacto en defensa de la democracia y en defensa de la libertad.

Es todo por hoy. Hasta una próxima, si la hay.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

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Jesús Eduardo Martín Jáuregui
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Jesús Eduardo Martín Jáuregui, Andrés Manuel López Obrador, Marcha por la Democracia, Elecciones 2024

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