Más preguntas que respuestas
El tema del agua sigue vigente y en lugar de cerrar temas y de avanzar a una zona de claridad, en lugar de esto las preguntas se multiplican exponencialmente. El dilema más frecuente, se cuestiona si Veolia se va o se queda, la polémica sigue y con ella han surgido nuevas interrogantes. La primera de ellas consiste en saber ¿cuánta agua tenemos?, ¿cuánta agua existe en el subsuelo?, ¿cuánta cae o suele caer en los ciclos de lluvia?, ¿el agua que tenemos nos alcanzará para dar salida a los requerimientos de la agricultura, la industria y el consumo humano que están proyectados para los próximos años?, con el ritmo actual ¿cuándo se terminará con este recurso natural?, ¿cuál es la alternativa de suministro en caso de que se agote es lo que tenemos hasta ahora?, ¿de qué calidad es el agua que bebemos todos los días?.
Pero, para el caso de la ciudad capital, Veolia es vista como la culpable del mal servicio, se le acusa que solo trabaja para tener ganancias, de no atender todos los requerimientos de abasto y de cobrar cuotas altas, e inclusive, de cobrar sin dotar de agua. Concedamos por un momento que todo esto es cierto y que debemos desaparecer esta empresa del lugar que tiene, si se va Veolia, ¿quién la va a sustituir?, ¿existe algún organismo público o privado de Aguascalientes o de la región, que tengan mayor experiencia técnica y administrativa que la actual administradora del servicio?, ¿hay una empresa local que garantice una mejor calidad?, ¿el nuevo modelo de administración que se perfila para el municipio capital terminará con la escasez del vital líquido?, ¿ese nuevo modelo acabará con el desabasto y tandeo en el servicio del agua?, ¿los avances y la información sobre lo que se cocina en la clase gubernamental han sido transparentes?, ¿terminará con todo esto el uso político electoral de ese servicio?, ¿tendremos ahora si un sistema o candado legal para castigar de inmediato a proveedores por ineficacia en el servicio?
Definitivamente, el problema no es sencillo de resolver y es más complejo, aún sí la respuesta que se ofrece solo responde a corto plazo. Lo cierto, es que hay más preguntas que respuestas, más gobierno que ciudadanía y más incertidumbre que certezas.
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