Mucho país para tan poco presidente

La semana pasada estuvo llena de malas noticias, desde el nuevo look de Joselito Adame hasta la torpeza monumental de Checo Pérez que le costó el gran premio y en poco rato le puede costar el segundo lugar en el Campeonato Mundial, pasando por el desfile entre Halloween y apología del crimen, con carnosas, cuerpos destrozados, militares, etcétera, autorizado por el Ayuntamiento, el altar de muertos en la Casa de la Cultura en el que unen en muerte a los que en vida no se podían ver; Elena Garro y Octavio Paz, y la multitud de altares, altarcitos y altarcuchos, nada que ver con la tradición, a menos que aceptemos que la tradición la inauguró el ingeniero Carlos Lozano de la Torre con el desfile de calaveras.

Nada que ver, sin embargo, con la desgracia horrenda de Acapulco, ante un huracán de inimaginables proporciones para el que nadie estaba preparado, ni siquiera los que tenían que estar preparados; Protección Civil, no sé si todavía existe después de que el que era titular fue fotografiado entregando sobres amarillos a un hermano del Peje, Ejército y Marina, que tenían que estar preparados, la Guardia Nacional no cuentan, solo para desfiles o para facilitar las cosas a los cárteles.

A las nueve de la noche del día de la tragedia, el huracán ya tenía la categoría 3 y las autoridades lo advirtieron, señor presidente, con un tweet que él puso y que comperifoneo en el puerto, si no ha estado en Acapulco, sabe que el puerto vive en la fiesta, que quien esté en un hotel, en un casino, en un antro o en las huertas, no sé si siguen existiendo, los anuncios callejeros serán menos atendidos que las mañaneras, pero todos sabemos que la Secretaría de Gobernación tiene la posibilidad de que en cualquier momento se pueda enlazar en cadena nacional en radio y televisión. Los miles de bots y los innumerables sitios de Facebook y YouTube que patrocina la Presidencia de la República, obedecen a un llamado de la Secretaría de Comunicación, no es aceptable que hayan callado, no es creíble que ni el Ejército o la Armada carezcan de comunicación satelital, inaceptable que el presidente no tuviera noticias, y peor aún, haberse embarcado en la farsa del dizque recorrido a Acapulco, de hecho no hay fotos que muestran que estuvo en el puerto, para permanecer 20 minutos y regresar sin siquiera haber sobrevolado el área del desastre.

Las post tragedias se han caracterizado por el caos, la ineficacia, la impreparación, el desorden, el autoritarismo, las violaciones a los derechos de los ciudadanos y la descalificación del presidente a todas las ONG, empezando seguramente con la Cruz Roja Internacional. Muchas gracias, mucho país para tan poquito presidente. 

Es todo por hoy, hasta una próxima. Sí la hay.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

 

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Jesús Eduardo Martín Jáuregui
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