Nuestra Constitución, un pacto fundamental
Las y los mexicanos seguimos nadando en un mar de confusiones en la que los discursos y las narrativas se van construyendo a partir de la falacia, de la incoherencia y de la falta de respeto, al pacto fundamental que tenemos, y que se llama Constitución.
La Constitución sigue, va persiguiendo desde su fundación, desde que el constituyente originario lo elabora y el proyecto pacta con nuestro pueblo.
Los objetivos que una constitución como la nuestra tiene, en primer lugar, es un pacto que convoca, une, conjunta y va ensamblando a la sociedad mexicana. También, es importante decir que nuestro pacto fundamental incluye a todas las personas, no excluye a nadie, sea grupo, sector, segmento religión, identidad, cultura y los nuevos paradigmas que se han presentado en el siglo XXI, binarios o no binarios caben en el pacto constitucional. También asegura una vida comunitaria, es decir, da las garantías de los derechos humanos a la educación, a la cultura, a la seguridad, a la salud entre otras; con una preponderancia a partir del año 2011 en que los derechos humanos van construyendo una unidad de países, van haciendo un mundo en donde los derechos humanos tienen un solo vector, asegura, pues, una vida comunitaria, asegura el orden. No solamente las garantías individuales, sino también las colectivas.
Nuestro pacto constitucional reconoce los derechos en los que nacen las personas, pero además garantiza su cumplimiento, este pacto es importantísimo para que de él se deriven las leyes que regulen, que codifiquen esa legalidad que va construyendo la vida colectiva para poder soportarnos unos a otros.
Evidentemente, la Constitución como pacto fundamental es quien organiza el ejercicio de los Poderes del Estado, y por ello crea el Poder Legislativo para que sea un poder cuya preocupación sea elaborar las leyes que garanticen el máximo beneficio para las y los mexicanos.
Señala al Poder Ejecutivo como una instancia obligada a la aplicación de esas leyes. Recuerden ustedes que, todo funcionario público, protesta cumplir y hacer cumplir dos cosas: la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emana. Una tercera ruta es resolver los conflictos en la aplicación de esas leyes, de esa normatividad y esto se lo encarga al Poder Judicial.
Nuestra Constitución ordena y conjunta a estos tres órdenes de gobierno tanto en lo federal, estatal, y municipal; en pleno siglo XXI a los Órganos Constitucionales Autónomos que son una suerte de staff para los tres poderes.
También hay que decir, finalmente, que la Constitución, nuestro pacto, ordena la interacción de estos tres poderes y de los órganos constitucionales autónomos para otorgarles de principios, guías, normatividad de conductas institucionales y personales que son, finalmente, la suma de los derechos y responsabilidades de cada uno y de cada una de los habitantes de un país como México.
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