Pensar en elecciones

Una de las preguntas que más constantemente nos hacemos, es, sin duda, ¿qué es el pensamiento? ó ¿qué es pensar? Pensar no es tener una capacidad, se tiene la capacidad y no se piensa, pensar no es una acción inminente en la persona, no siempre estamos pensando.

Pensar es tener una conmemoración de un tema que traemos hacia nuestra mente y que lo desarrollamos en base al interés que tenemos y de lo que nos preocupa, eso es cuando destapamos o prendemos la luz de la acción de pensar.

Abordar una disciplina de pensamiento es siempre necesaria para entender el mundo que nos rodea. Lo podemos hacer, por un lado, a través de la percepción, es decir, captar lo que ocurre en nuestro entorno e identificar las figuras y las formas, como los seres humanos hacemos la caracterización del ambiente y encajamos lo que se observa con lo que se esperaba observar en nuestra idea. Lo hacemos también a través de la atención, es decir, captar activamente lo que está sucediendo, lo que decía el filósofo Ortega y Gasset: “El pensamiento de la circunstancia se da a partir de darnos cuenta de lo que está ocurriendo, es decir, la atención es una vivencia que nos permite darnos cuenta de lo que ocurre”. 

El pensamiento como proceso cognitivo de pensar implica lo que acaba de suceder, utilizando el conocimiento previo, es decir, la experiencia que tenemos del mundo y de la vida y la comprensión general de una situación. También podemos hacer esta observación a partir de la memoria, es decir, todo lo que almacenamos en nuestra mente, como si fuera un disco duro, y que tenemos integrado sobre las experiencias y vivencias del pasado y las interpretaciones que de ello hacemos, y lo hacemos a través del lenguaje, es decir, a través de la búsqueda de palabras que expresan mejor los pensamientos y elegimos las que creemos que evocarán mejor en las otras personas la situación tal y como se ha vivido.

En el lenguaje, lo que hacemos es como una suerte de bautizo a todas las cosas, cada una de las cosas le asignamos un nombre por convención, y decimos, esto es una lapicero, y lo podemos llamar de otras maneras, uno le llaman pluma, etcétera, etcétera, es decir, nosotros le asignamos un nombre a las cosas para poder interpretar la realidad. 

¿Qué es lo que ocurre cuando nosotros recibimos un torrente de información, como por ejemplo en las campañas electorales?, pues lo que tenemos que hacer es agudizar nuestra percepción, agudizar nuestra atención, almacenar de manera adecuada en la memoria todo lo que se ha expresado en lenguaje para nosotros poderlo traducir en un pensamiento mediante el cual nosotros, el día de la jornada electoral, podemos ir a elegir una de las opciones con libertad y con autonomía. Eso es pensar, pensar es traer a la memoria, conmemorar lo que nos interesa y lo que nos preocupa. Preocupémonos un poco más por la acción política mediante la cual podemos resolver la mayor parte de los problemas si exigimos una nueva concepción de la política y una nueva actitud de los políticos.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

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Ignacio Ruelas Olvera
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Ignacio Ruelas Olvera, Opinión, Columnista BI

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