Perspectiva. La (in)moralidad de Morena

En cinco años encontramos la madera de lo que está hecho el partido que nos gobierna a nivel federal. No desconocemos los defectos de los anteriores, PRI y PAN, legendarios en su trucos antidemocráticos, su corrupción impune y la falta de liderazgos  competentes. También identificamos a los hombres ilustres que ayudaron a forjar nuestras instituciones. En particular la democracia que vivimos. Fueron muchos por cierto.
Pero el tema de hoy es el partido oficial; a los ciudadanos no nos interesa que el presidente quiera aleccionarnos todos los días sobre su presunta superioridad moral, “tan grande que está incluso por encima de la ley”.

Desde los primeros días de gobierno la inmoralidad dio inicio con un proceso de destrucción que nunca habíamos visto. Por la simple razón de que había sido creado antes, el gobierno aniquiló el Seguro Popular, arrancando la salud y la vida de decenas de miles de mexicanos. Antes había destruido el trabajo de cinco años para construir el mejor aeropuerto de Latinoamérica. La misma inmoralidad prevaleció al eliminar las estancias infantiles y las escuelas de tiempo completo.

Qué decir al borrar de un plumazo la reforma educativa que daba herramientas para evaluar a los maestros, mejorar la academia, y por lo tanto, el futuro de la niñez y la juventud. Todos fueron actos de vanidad y un narcisismo enfermizo que al paso del tiempo se va aclarando.

Lo último que vemos es la postulación de candidatos impresentables a las alcaldías en nuestro estado, en León por ejemplo. Según dicen personeros de Morena, el criterio de selección fue el nivel de reconocimiento en las encuestas, nunca por la competencia, honestidad y trayectoria. Ni siquiera por la opinión positiva o negativa, todo fue puro conocimiento, pero del malo.

A los “líderes” que brincaron del PAN no les queda la menor duda de la historia de corrupción de la administración de Bárbara Botello. Los ahora morenistas, Ricardo Sheffield y Alma Alcaraz perdieron la oportunidad de invitar a ciudadanos de buen nombre e intachable conducta; a jóvenes con una trayectoria digna de oposición al PAN; gente que pudiera elevar el nivel de la contienda a pesar de no ser personas “conocidas”. Al reciclar, al pepenar del pasado, Morena apuesta a que los leoneses no tienen memoria. Es una decisión inmoral.

Será muy fácil para la candidata de Acción Nacional, Alejandra Gutiérrez, hacer un poco de historia sobre el uso de los fondos públicos durante la única administración priista de los últimos 34 años en León. Todos los papeles y comprobantes del saqueo están en la Secretaría de Finanzas, esa misma que ella administró durante la presidencia de Sheffield.

Están los registros de las declaraciones patrimoniales de los funcionarios a la entrada y salida de su gestión. También están las facturas y compras amañadas a proveedores inexistentes o fantasma. Alejandra, después de presidir 3 años el Ayuntamiento, debe conocer muy bien las entrañas de las cuentas públicas. Veremos qué tanto se anima a revelar la historia del trienio 2012-2015. Hubo muchas obras pero también muchos precios inflados, contratos entregados bajo el método del carrusel y la presencia de expertos fuereños en truculencias y desvíos.

Cómo podrá Alma Alcaraz, la candidata de Morena, hacer campaña en Guanajuato junto a compañeras impresentables. Ella sabe todo porque al final del día lo sufrirá en la competencia. Sumará en su contra.


**La abstención es inmoral:¡vota! el 2 de junio**

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Enrique Gómez Orozco
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