Proyecto de Egresos 2024: las cándidas proyecciones

COMENTARIOS AL PROYECTO DE PRESUPUESTO DE EGRESOS 2024

En esta primera entrega analizaré el Presupuesto de Egresos 2024 de la Federación y los criterios que creo que se tomaron para que se proyectara de esta manera en la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Para este 2024, la Secretaría de Hacienda estableció dentro de los criterios de política económica un crecimiento del Producto Interno Bruto de entre 2.5% a 3.5% anual y una inflación del 4.8%.

Con estas premisas se establece en el presupuesto un gasto de 9.066 billones de pesos y un ingreso de 7.328 billones de pesos; la diferencia 1.737 billones se obtendrá vía financiamiento, dejándole la responsabilidad a la siguiente administración para hacer frente a esta deuda.   

Lo primero que notamos es que se gasta más de lo que se pretende recaudar y que el crecimiento esperado del Producto Interno Bruto es optimista y no considera las afectaciones que seguramente se darán por la inestabilidad geopolítica.   

Aquí debemos recordar que el presidente prometió no endeudar al País durante su sexenio. 

Al parecer, esta deuda será utilizada durante el año del proceso electoral más importante en la historia de México; la tentación de usar este presupuesto a cambio del voto estará latente durante el año entrante.

No se debe estar en contra del apoyo a las personas en situación más vulnerable, eso es un hecho, pero parece perverso que se puedan utilizar los programas sociales con fines completamente electoreros: el aumento de presupuesto a la Secretaría del Bienestar del 27.1% parece ir directamente al intercambio de votos por dinero.

Entre las secretarías que tienen un mayor incremento se encuentra la de Energía con un 273.1% de aumento respecto a 2023; un aumento de estas proporciones es, básicamente, para rescatar a Petróleos Mexicanos (PEMEX).

Al margen de que las principales calificadoras a nivel mundial exijan que PEMEX sea capitalizada, lo que vemos es que se está premiando la ineficiencia, la corrupción. 

En este presupuesto no hay fomento al uso de energías limpias, al contrario, se busca seguir explotando los combustibles fósiles en contra a la tendencia mundial. 

Y si esto es en PEMEX, hay que revisar el incremento a las Fuerzas Armadas.

Para el 2024 se proyecta un aumento del 121.2% de recursos; en los hechos, el presidente está muy lejos de cumplir su promesa de regresar al ejército a los cuarteles, por el contrario, a las fuerzas armadas en general, les ha dado más poder y control sobre asuntos sumamente relevantes del País, como el manejo de aduanas, proyectos financieros como el Banco del Bienestar y mucha obra pública, como la construcción de los Trenes Maya y Transísmico.

Resalta el recorte al gasto en Salud con 55.8%; recordemos los datos devastadores que señalan que al menos el 50% de la población del país carece de servicios de salud gracias a las malas decisiones como el INSABI, instituto que fue completamente inoperante y que ahora está mutando a otro experimento llamado IMSS bienestar.

Otro rubro que también sufrirá el año entrante será el del campo; para agricultura y desarrollo rural se proyectó un crecimiento de apenas el 0.3.% ¡sí!, 0.3%, cuando este año fue aterrador por la sequía.

Los programas de incentivos a la producción han sido pocos y la población sigue creciendo en número.

La sustentabilidad hídrica y las acciones para revertir el deterioro climático tampoco son consideradas en el presupuesto como prioritarias y a medio ambiente y recursos naturales se le disminuye un 11.4%.

En cuanto a educación, solo tuvo un 1% de incremento y las instituciones de educación superior federal obtienen un incremento real en sus presupuestos del 0.01%. es decir, nada.

Para la innovación, la investigación y el desarrollo que requerimos para incrementar la competitividad como país se asignan el monto similar al asignado para este año. Este proyecto, en materia educativa, dista mucho de lo que países de Asia y Europa invierten en educación.

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