Silencio obligado ¿Qué está pasando con la libertad de prensa?

Mauricio Cruz Solís es el periodista que murió asesinado en Michoacán, apenas dos minutos después de entrevistar al presidente municipal de Uruapan. Pocos días antes, el 17 de octubre, en Culiacán, Sinaloa, el periódico El Debate, uno de los más antiguos y de mayor circulación en aquella entidad, fue atacado a balazos por un grupo de desconocidos. Afortunadamente ninguna persona resultó herida, pero el mensaje quedó muy claro.

Las agresiones contra la prensa y el periodismo en México no son de hoy, ni de ayer. Desafortunadamente, son ya parte de una cadena de violencia que pareciera imparable y que se ha mantenido con total impunidad por más de dos décadas en nuestro país. 

De acuerdo con el informe Violencia contra la prensa en México. ¿Cambio o continuidad? de la organización internacional Artículo 19, entre los años 2000 y 2023 163 periodistas han sido asesinados por razón de su labor informativa. Peor aún, durante ese 2023 se registraron 561 agresiones contra la prensa, es decir, una cada 16 horas. No por nada, en su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2024, la organización Reporteros sin Fronteras ubicó a México en el muy lejano lugar 121 de entre 180 países. Una posición dramáticamente distante de Noruega, país que se encuentra en el lugar número con mayor libertad de prensa. 

Pero partamos de un hecho inobjetable. Casi la totalidad de las agresiones contra la prensa ocurren como consecuencia del ejercicio de su actividad profesional. Es decir, por hacer periodismo. ¿Cómo podemos decir esto? Revisemos los datos y veamos quiénes son los principales agresores. 

Resulta que, de acuerdo con Artículo 19, de las 561 agresiones registradas en 2023, en el 51.16% de los casos fue el Estado mexicano el principal perpetrador. Es decir, funcionarios municipales, estatales y federales. Es otras palabras, contra lo que muchos quieren hacer creer, los principales agresores de periodistas no son particulares, ni tampoco los grupos de delincuencia organizada (de los que, por cierto, se documentaron 57 agresiones, es decir, apenas un 10.16% del total). No, no es así. O al menos, no es del todo así.

Las agresiones provienen de servidores públicos, principalmente civiles, quienes en 204 ocasiones agredieron a la prensa, ya mediante intimidaciones o a través uso ilegítimo del poder público. Curiosamente los periodistas más agredidos han sido los que cubren la fuente de información sobre corrupción y política (donde se registran 53.3% de las agresiones), así como la fuente de seguridad y justicia. 

La situación es más terrible cuando nos percatamos que la violencia contra la prensa queda en total impunidad. Según datos del Índice de Impunidad Global de 2023, elaborado por el Comité para la Protección de los Periodistas, México ocupa el 8 lugar a nivel mundial en impunidad. Es decir, nuestro país es donde menos casos de asesinatos de periodistas se han resuelto en los últimos 10 años. 

Qué ironía, el periodista, cuyo oficio es el ejercicio de la libertad de expresión, está condenado a informar entre la indiferencia, la violencia y la impunidad. Para el periodismo, sin duda este es el peor de los mundos. De hecho, en su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa publicada en 2024, la organización internacional Reporteros Sin Fronteras clasifica a México entre los 20 países más peligrosos para ejercer el periodismo.

La violencia contra las y los periodistas genera terribles consecuencias físicas y psicológicas en su persona. Socialmente, también se traducen en un asedio contra la libertad de prensa, lo que genera consecuencias sumamente negativas para el Estado de derecho y para la convivencia democrática.

Irónicamente, este 2 de noviembre se conmemora el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas que en México debemos tomar como un recordatorio amargo de un pendiente ineludible: defender el derecho de quienes arriesgan su integridad por informar, y con ello, por defender nuestro derecho a saber.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión.