Trump contra el mundo 2
El pasado miércoles 2 de abril, el presidente norteamericano Donald Trump anunció la imposición de aranceles a la exportación para 185 países del mundo, a fin de gravar el comercio con Estados Unidos. Así, se fijaron impuestos generales que van del 10%, hasta los más altos aranceles del 54% sobre China. México y Canadá se toman aparte, ya que para ambos países sólo se quedó el 25% de arancel a la industria automotriz. También, Rusia no fue incluida entre las naciones a las que se le impusieron aranceles de exportación.
El cálculo para diseñar esta política tributaria, está basado en una fórmula disparatada, con la que se reflejan suposiciones falsas sobre la economía global, prejuicios sobre los países, y caprichos personales de Trump. La reacción inmediata ha sido el anuncio de China sobre impuestos en represalia, y la reducción de envío de materias primas a Estados Unidos, lo que ha golpeado a los mercados globales.
Con esto, se inaugura una nueva era antiglobalista y de proteccionismo económico, dentro de la guerra comercial y cultural de Estados Unidos contra el mundo. El resultado previsible es una nueva recesión económica norteamericana que afectará a prácticamente todos los países. Sobre todo, por los factores aledaños: reducción del gasto público, despidos masivos en la administración gubernamental, y recorte de impuestos en la economía doméstica.
En la historia norteamericana, esta es la tercera vez que una política económica similar conduce a la crisis política y financiera, cada una en intervalos de prácticamente un siglo de separación. Como no conocen su pasado, lo repiten una vez más. Así, en 1828, durante el periodo presidencial de John Quincy Adams, se impusieron aranceles a la producción agrícola y a la importación de bienes y materias primas, lo que condujo a un periodo conocido como la Crisis de la Anulación, en el que Estados Unidos estuvo a punto de la guerra civil.
Luego, un siglo después, los aranceles masivos impuestos en 1930 por el presidente republicano Herbert Hoover, conocidos como la ley "Smoot Hawley", fueron una causa directa de la Gran Depresión después del desplome bursátil de octubre de 1929. Los economistas de la época advirtieron a Hoover sobre los riesgos de imponer aranceles en medio de esa crisis, pero el presidente los ignoró y aprobó los impuestos. En respuesta, los socios comerciales de Estados Unidos impusieron aranceles de represalia, la bolsa de valores perdió la confianza, los bancos quebraron, y Estados Unidos se sumió en una de las peores calamidades económicas de su historia.
Ahora, otro siglo después, Trump repite la fórmula. No hace falta un doctorado en Economía para entender que, si la economía se desacelera; al recortar el gasto federal, provocar despidos masivos, y aumentar drásticamente los impuestos mediante aranceles, se tiene la receta para el desastre financiero. Así, este sábado 5 de abril, en Estados Unidos y en otras partes del mundo, ha habido protestas contra la política de Trump y de su oligarquía; mientras, se prevé que los países afectados fortalezcan la relación entre ellos, dejando a Estados Unidos a la deriva global.
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