Trump vs DeSantis
En 2016 Donald Trump no solamente ganó la presidencia, sino que además se convirtió en el hombre más importante del partido republicano. Condición que parecía haber perdido en 2020 tras los resultados de la elección cuando Joe Biden le arrebató la Casa Blanca. No obstante, la derrota de Trump en las urnas sirvió a ratificar su presencia y poder al interior de su partido.
Por dicha razón, no resulto sorpresa cuando en noviembre del año pasado, haya anunciado su intención para competir de nueva cuenta por la presidencia. Y esta vez acompañado de un discurso sustentado en la percepción de los republicanos sobre el supuesto desastre que ha resultado la administración del presidente Biden.
Esto hizo que el escenario político, al menos hasta principios de esta semana, pareciera un round de revancha de Trump en contra de Biden. Es decir, que se medirían una vez más, mano a mano, en el cuadrilátero político más importante del mundo occidental. Pero con la entrada de Ron DeSantis el gobernador de la Florida al juego político nacional estadounidense, ese escenario hipotético de Biden contra Trump, parece no ser ya tan factible.
En los Estados Unidos, utilizan el término incumbent, que podríamos traducir de manera literal como “aquel al que le incumbe”, en otras palabras, se trata del primero en la línea. Con esto hacen referencia a aquel que por ley tiene permitido buscar la reelección, como es precisamente el caso de Joe Biden en este momento. Recordemos que los presidentes de los Estados Unidos pueden ser reelectos para un segundo periodo presidencial, de igual cuatro años de duración, para un total de ocho.
Por ello, en el escenario del partido demócrata, a pesar de los cuestionamientos cada vez más frecuentes sobre la avanzada edad y la capacidad cognoscitiva de Joe Biden, lo natural, o al menos lo esperado, es que él será el candidato de su partido. Además de que ya ha hecho públicas sus intenciones de efectivamente buscar un segundo periodo presidencial.
Lo mismo se esperaba de Trump, era algo previsto, pero como ya le decía, con la llegada de Ron DeSantis al juego, Trump ahora se debe enfrentar primeramente a competir en las elecciones primarias de su partido, con la aspiración de poder quedarse con el ticket republicano y formalmente convertirse por tercer vez consecutiva en candidato a la presidencia de los Estados Unidos.
Bajo esta situación, los esfuerzos de la campaña Trump ya no están meramente concentrados en atacar a la administración Biden, sino en convencer a sus electores del porqué el expresidente es mejor opción que el actual gobernador de Florida; y de igual manera, el trabajo que tiene DeSantis no es ninguna tarea simple, pues debe convencer a su vez al electorado cautivo de Trump, mismo que acompaña al expresidente desde 2015.
En fin, esta historia esta apenas comenzándose a escribir, ya veremos si los republicanos logran un acuerdo y construyen una candidatura de unidad que les asegura echar a Biden de la Casa Blanca, o en cambio concentran sus esfuerzos en acabar el uno con el otro y darle la razón al discurso demócrata.
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