Seguimos sin entender, que no entendemos

Mientras la discusión por mejorar la situación del servicio del agua en Aguascalientes sigue, con algo que al parecer pretende remunicipalizar el servicio, los ciudadanos siguen con escasez y mala calidad en el servicio, principalmente esto lo padecen los ciudadanos del sur y oriente de la ciudad, o ¿usted ha escuchado que fraccionamientos como los Bosques, Campestre, Concepción y los cientos de cotos con clubs deportivos y albercas que están en la zona norte llamada Dorada de la ciudad, se quejen por falta del servicio de agua y su calidad?.

Mientras que eso pasa se lanzan campañas de reforestación, sabiendo que plantar árboles como evento mediático es dejar a su suerte a dichas especies y que menos del 10 por ciento sobrevivirá, si no tienen un acompañamiento y seguimiento. Recuerdo que hace 6 años un candidato del PRD inicio su campaña “reforestando” un lote baldío, hoy olvidados esos pequeños árboles plantados, no queda uno solo que sobreviviera al olvido.

Son buenas intenciones, sí, pero un problema tan grave como el del agua en Aguascalientes se requiere más, que buenas intenciones.

Esta misma semana nos enteramos de tres sucesos:

SEMARNAT dictaminó otorgar el cambio de uso de suelo a una constructora para la construcción de un fraccionamiento en la reserva natural y de las pocas zonas de recarga de los mantos acuíferos, como lo es Bosque de los Cobos, afectando aproximadamente 50 hectáreas.
Esta radiodifusora realizó un GIF de como se ha extendido la mancha urbana a lo largo de los años, poniendo una placa de concreto en toda lo ciudad, y si bien refleja que Aguascalientes es árido y no boscoso, esas zonas así de áridas servían de filtrado y recarga de los mantos acuíferos.
También evidencio que uno de los pulmones urbanos como lo es el parque Rodolfo Landeros su vegetación esta seca y en malas condiciones.

Lo anterior es un reflejo de la crisis del agua y ambiental que tenemos, y termino con el proverbio indio: “Solo cuando el último árbol haya sido cortado, el último río haya sido secado, el último pez asesinado, el último animal cazado, el aire contaminado, nos daremos cuenta de que el dinero no lo podemos comer, respirar y ni saciará nuestra sed”.

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