Sin periodismo, no hay democracia

Sin periodismo no hay democracia. No es una afirmación exagerada, dada su función primaria que consiste en informar sobre temas políticos, económicos y sociales de forma regular y continua, y una ciudadanía informada es necesaria para el buen funcionamiento de los sistemas democráticos.

Sin embargo, la labor periodística también promueve la rendición de cuentas, previene la concentración de poder y fomenta la conversación pública. Esta última es medular si se tiene en cuenta que la democracia se fundó en el espacio de diálogo, el ágora, sitio de las polis atenienses donde los ciudadanos debatían los asuntos que afectaban a sus ciudades-estado.

Para Jürgen Habermas, el periodismo es clave en la deliberación democrática. El filósofo y sociólogo alemán sostuvo que el diálogo, la argumentación y el consenso conforman los pilares de la legitimidad de las decisiones políticas (1992). Para tal efecto, la opinión pública se nutre del quehacer de la prensa pues como aseguró Walter Lippmann (1922), las personas dependemos de los medios de comunicación para formar imágenes mentales de un mundo que no podemos observar directamente.

La capacidad periodística de cumplir con dicho propósito depende del rigor ético, pluralidad y compromiso con el interés público; de lo contrario la propaganda, las campañas engañosas y las noticias falsas distorsionan la voluntad popular. La deontología profesional dicta que la información publicada sea precisa, verificable y contextualizada a partir de fuentes confiables; refleje la diversidad de voces y perspectivas para garantizar un debate plural e inclusivo y, especialmente, tenga como prioridad informar a la ciudadanía por encima de cualquier beneficio económico.

Para que toda esta labor sea posible, debe garantizarse a las y los periodistas el más amplio ejercicio de la libertad de expresión, derecho humano recogido en diversos tratados internacionales. No obstante, en 2024, la organización Reporteros Sin Fronteras ubicó a México en la cabeza de naciones con mayor desaparición y en el tercer puesto con mayor número de homicidios de profesionales de la prensa en el mundo, solo por detrás de Palestina y Pakistán.

La vulnerabilidad del gremio restringe el debate público y debilita la democracia en el país. El 4 de enero se conmemora el Día del Periodista en México y, en ese ánimo, es imperativo entender que la ausencia de leyes y protocolos de protección a periodistas, la censura y las amenazas, incluso la violencia en el discurso oficial y la precarización, vulneran al oficio. Sin periodistas no hay periodismo.

Así las cosas, Yalma, aprovecho para reconocer la ética, profesionalismo y compromiso que han estado presentes en tu trayectoria periodística, a ti Yalma y a tus compañeras y compañeros de BI Noticias, a quienes como siempre agradezco el espacio.

Referencias:

·       Habermas, J. (1992). Factibilidad y validez.

·       Lippmann, W. (1922). Public Opinion. Harcourt, Brace and Company.

·       Reporteros Sin Fronteras (2024). Informe anual sobre la libertad de prensa.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión.  

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Hilda Hermosillo Hernández
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Hilda Hermosillo Hernández, Opinión, Columna, Democracia, periodismo, BI Noticias

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