Una más con los impuestos

La cuesta de enero se nos presenta normalmente como consecuencia de los gastos propios de la temporada navideña, que se incrementa con los gastos que se inventan los comerciantes: ¿cómo que no vas a gastar?, ¿cómo que no vas a regalar?, ¿cómo que no vas a estrenar colchón, etc., etc. 

Agreguenle los gastos de impuestos y derechos, que se crean y no tienen otro propósito que incrementar las arcas del gobierno, con pequeños y grandes conceptos que gravan a los ya de por sí, sufridos contribuyentes.

Los gobiernos encuentran nuevas formas de incrementar sin  peso, aunque a cambio no reciben nada nuevo. Para muestra un botón, pongo un ejemplo; imagine que usted lleva su receta a la farmacia, independiente la toma y para examinarla pide que pague primero 150 pesos en la caja, ¿cómo protestas?

- “Siquiera dígame para qué es este pago” -

- “Pues justamente para revisarla, y si no paga la revisión no le puedo dar la información” -

Un ejemplo similar, podríamos situarlo en una refaccionaria. Usted llega y pide el “chunche” de la “chinestreta”, el independiente le pide más datos, pero antes de revisar su inventario le solicita que pague el importe de la revisión, usted responde que es su trabajo y que está incluido en el precio de la refracción.

- “No, señor, no hay pago, no hay servicio o venta” -

- “¿A quién se le ocurriría semejante atraco?” - Se pregunta usted, justamente molesto.

Afortunadamente no se le ha ocurrido a las farmacias, pero sí se les ocurrió a los diputados locales y a las autoridades fiscales, quienes independientemente de los cobros de impuestos, ahora le cobrarán por revisar su declaración para el pago, para saber si esta bien o le falta algo, ¿curioso, verdad?

Desde hace tiempo el Estado cobra, por ejemplo, algo que llama Control Vehicular, lo cobra como derecho, no como impuestos, por lo tanto, significa que nos da un servicio. La operación de los servicios públicos debe cubrirse con los impuestos, pero si los impuestos se utilizan para ocurrencias de todo tipo, y no se atienden los servicios primordiales, se pierde la función gubernativa y administrativa.

¿Es admisible que el Ayuntamiento contribuya a la inflación inmobiliaria, con los valores que imponen? Porque impone a los valores, ya que los valores no fijan el precio, lo fija el Ayuntamiento, ¿es aceptable que el Congreso autorice al municipio de Tepezalá, uno de los municipios más pobres, pero digamos también más exótico de Aguascalientes, una taza de 2.7% en el impuesto de adquisición de inmuebles? el más alto del Estado, ¿y qué se paga con esto? Ferias, concursos, conciertos, mientras los servicios padecen. 

El precio de las placas que podrían tener aditamentos para hacerlos permanentes, excede por mucho su costo, y la ley señala que en materia de los derechos, solo debe cobrarse la contraprestación de lo que vale el bien o el servicio dado a cambio, por ejemplo, aunque básicamente el servicio es el mismo, por registrar una sociedad mercantil te cobrarán más de mil 600 pesos, y por una sociedad civil pagará menos de la mitad, llenando discusiones constitucionales.

¿A quién le importa pagar un peso más, sí podemos ver en el foro a los “Rumiantes rumiantes”, y podemos recibir una rebanada de rosca completamente gratis? 

Es todo por hoy. Hasta una próxima, si la hay.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión

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Jesús Eduardo Martín Jáuregui
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Jesús Eduardo Martín Jáuregui, Aguascalientes, Impuestos, Economía

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