Una temporada de democidio
Seguimos viviendo una temporada de democidio, hemos perdido la prudencia, hemos perdido la brújula, el sentido, esta semana escuchamos al político Ricardo Monreal decir que solicitaría o que estaba solicitando se excluyera el narco menudeo como un delito grave y el argumento que él utilizó es que se necesita un México unido, lo que yo no entiendo es si es unido con el narcotráfico o por qué la excepción del narco menudeo que es la avenida por donde llega a los consumidores.
Luego nos dimos cuenta también del discurso, la narrativa del gobernador de Sinaloa, el famosísimo humanista Rocha, en donde confiesa que en su tierra se le pide permiso al narco para competir en elecciones, seguramente él lo hizo. Pero también establece que su gobierno ha tenido diversas reuniones con el narcotráfico, pero no han llegado a ningún arreglo, esto nos da la muestra de un democidio. No es posible transitar por esas vías, no son las convenientes para el pueblo de México, un pueblo generoso, un pueblo trabajador, un pueblo que ha tenido una vocación para hacer la paz.
Lo único que nos queda es la opción ciudadana, los partidos reitero abdicaron a ser entidades de interés público, entonces la opción ciudadana nos llama a que más allá de los programas educativos vayamos hacia la educación en valores y esto no es demagogia. La globalización y la rapidez de los cambios han puesto a prueba nuestra capacidad de adaptación.
En la escena están nuevos modelos familiares, nuevas relaciones y en las pantallas se reflejan lenguajes encapsulados, pero la violencia se presenta desde muy temprana edad.
El fenómeno migratorio con diversidad cultural demanda una preparación para los entendimientos, todo esto son muestra del fracaso de políticas manipuladoras, el procedimiento electoral fue rebasado por la ideología excluyente que cancela la pluralidad.
La negación del diálogo entre minorías niega, la democracia y nos lleva al democidio, dejamos que nos sorprenda la violencia como el lenguaje que tenemos que entender, una reaparición de la soberbia, de explotadores y explotados descifrada por Carlos Marx en el Manifiesto del Partido Comunista, allá por 1847. La única forma de procesar las diferencias que incomodan tanto a las izquierdas es si aprendemos a conocernos, a respetarnos, a ayudarnos, es decir, que hagamos de los valores, virtudes para comportarnos frente al otro de una manera distinta.
Es preciso, pues la educación temprana, desde muy temprana edad es educación que nace en el hogar y que no podemos eludir la OCDE nos dice que el futuro pasa por despertar la curiosidad de los alumnos, y esto nos quiere decir que los alumnos los educados deben de impulsar la integración escolar o ser impulsados hacia la integración escolar.
Yo diría la fórmula, un educador para el educando con un educando educador para que se siga transmitiendo en generaciones y no dependamos de programas caprichosos de orden ideológico o de una colorimetría en la cual, el Pantene que triunfa es el color que nos pinta.
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