Estamos a los últimos días del señor Presidente Andrés Manuel López Obrador, me dirijo con mucho respeto a su persona, ya que él se caracterizó por no tener el respeto a muchas y muchos mexicanos.
La conclusión es que los gobiernos funcionan mal y muy mal en general, y debieran limitarse a hacer razonablemente bien únicamente aquello a lo que están obligados como la seguridad.
A Guanajuato y a los estados más industrializados como Nuevo León y Coahuila nos costaría empleo e ingreso, su competitividad es la marca de cómo será su futuro.
Nuestro futuro está en la potencia que tengamos para crecer y eso depende de la competencia del equipo de gobierno. Libia puede cumplir con su promesa de regresar la tranquilidad a Guanajuato.
La reciente reforma que convierte a la Guardia Nacional en parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, el Ejército. Una decisión impulsada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, marca un cambio drástico en nuestra estrategia de seguridad pública, tema que nos afecta a todos y que ha estado en el centro del debate público en México.
Es momento de utilizar la famosa fórmula de la película de Clint Eastwood, el bueno, el malo y el feo, para evaluar el desempeño del gobierno en materia económica en cada fin de sexenio.
El golpe de estado al Poder Judicial, la crisis de la inseguridad, la violencia y de las finanzas públicas que dejará López Obrador, es algo a lo que no hemos puesto suficiente atención, un desastre para la educación de los niños, y esto es algo sobre lo que debemos volver una y otra vez.
Conviviendo con miembros que ahora se llaman la ‘generación Zeta’, sintiendo que cada nueva generación está más alejada de la anterior, me siento una especie de Diplodocus perorando en un lenguaje que les resulta tan sorprendente como desconocido.
Ahora que están de moda, otra vez, los dinosaurios y luego de profundas reflexiones, debo admitir que soy uno de ellos.