De alguna manera el asunto comenzó a interesarme, como pasatiempo, como material de lectura. Bien visto la filosofía puede ser divertida, según se mire: desde Diógenes a la fecha, hay filósofos que, siendo unas lumbreras, podían ser muy divertidos.
La incertidumbre se impone en la víspera de la jornada comicial pues la carrera entre la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump parece estrecharse y todo indica que tendrá un resultado cerrado.
Desde el año 2000 hasta lo que va de 2024, 168 asesinatos de periodistas, en relación con su labor informativa. 168 no es sólo una cifra, es la evidencia del fracaso de las estrategias de seguridad.
Una mayoría aplastante desde el punto de vista de las posiciones en el poder público y minorías que no han logrado desarrollar el discurso suficiente para oponerse de manera racional al despotismo de la mayoría.
La prosperidad de un país depende de los frutos de sus empresas, privadas y públicas. Para ello se necesita talento, es decir, gente preparada y competente.
Lo que México necesita no es especular a tontas y a locas sino tener una política exterior profesional, coherente, inteligente, práctica y efectiva con quien es y será nuestro vecino de por vida.
Las agresiones contra la prensa y el periodismo en México no son de hoy, ni de ayer. Desafortunadamente, son ya parte de una cadena de violencia que pareciera imparable y que se ha mantenido con total impunidad por más de dos décadas en nuestro país.