La verdad es que Morena puede decidir todo lo que quiera el presidente y a partir de octubre la presidenta. Convertidos en puntos pequeños en el horizonte quedan personalidades que antes parecían tener independencia, que antes eran bravucones. ¿Qué sigue? ¿Irán contra los medios independientes y las múltiples voces libres que se expresan en las redes sociales? ¿Serán voces a callar o serán “toleradas” como un ruido que no impide la “gran transformación”?